Las Garrapatas son los miembros más grandes de la familia de los ácaros (acarina), y los únicos identificables sin la ayuda de microscopio, con un tamaño que oscila entre los 3 y 8 milímetros, de color marrón que se torna rojizo al alimentarse con la sangre del animal que la hospeda. Si bien existen variedad de garrapatas, la más difundida en el país es la garrapata café del perro (Rhipicephalus sanguineus), que como su nombre lo indica, casi siempre parasita perros, aunque  existen casos en que se hospedan en gatos, aves y hasta humanos, cuando estos están en contacto con un ambiente donde existe un perro infestado.

Cuando una garrapata adulta consigue parasitar un animal, se alimenta durante varios días; entonces se deja caer al suelo, donde es fecundada por un macho, y en aproximadamente tres días deposita hasta 5000 (cinco mil) huevos en tablones, alfombras o grietas. Los huevos eclosionan en períodos que van de tres semanas hasta varios meses, dependiendo de factores como temperatura ambiente o sequía. La larva, hasta que consigue un animal para alimentarse, puede vivir  ocho meses. Conseguido el huésped, se alimenta durante tres días, y se deja caer para convertirse en ninfa, muy parecida a la garrapata adulta, pero sin capacidad reproductiva. Esta vuelve a parasitar un huésped, donde se alimenta durante cuatro días, y vuelve al suelo para convertirse en adulta. En ese estado puede vivir sin  alimentarse  hasta dieciocho meses, pero debe comer para aparearse.

La garrapata no se transmite de perro a perro, porque deben caer al suelo luego de alimentarse para cambiar de estadio.